Alberto Agrest, médico excepcional

Página/12 publica hoy este homenaje a un médico argentino desconocido para la mayoría de sus compatriotas. Se trata del (recién fallecido) Dr. Alberto Agrest, a quien una colega -Mónica Müller- despide con admiración pero también con un dejo de amargura por la indiferencia de nuestros medios de comunicación ante la muerte de un profesional excepcional.

En este blog solemos lamentar y criticar el fenómeno de comercialización, automatización y despersonalización que afecta cada vez más a la medicina ejercida en nuestro país. Por eso rescatamos la mencionada nota y en especial los párrafos transcriptos a continuación.
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 Después de luchar durante toda su vida profesional para enderezar el rumbo de desastre que sigue la medicina desde hace décadas, el Dr. Agrest declaraba que la complejidad del sistema hace muy improbable que un día se lleguen a desmontar los desatinos que tienen maniatados a médicos y pacientes. «La dificultad radica en que al complejo médico-industrial se le hace imprescindible un aumento en el consumo de sus productos, sean o no necesarios, mientras que el consumo innecesario deteriora los recursos de la red de salud y provoca conflictos entre pacientes, médicos y empresarios», reflexionaba en su último libro, En busca de la sensatez en medicina.

 Agrest se obstinaba en que la práctica médica volviera a la sobriedad. En colisión con el precepto presuntamente científico y moderno de pesquisar, anular y prevenir cada síntoma, defendía la racionalidad de reducir los estudios, las prescripciones, los tratamientos y los medicamentos a un mínimo indispensable.

 Sobre el abuso de análisis y tratamientos que encarece a la medicina y que pone sus recursos al alcance de muy pocos, explicó en un editorial que «se venden mejor beneficios que riesgos, y así estamos vendiendo beneficios con grandes y atractivos caracteres y ocultando riesgos en letra chica que nadie lee. No me parece mal que la medicina se venda, el problema es saber si lo que se vende es legítimo».

 Su pensamiento científico se encrespaba frente a la pretensión de eficacia y exactitud de las disciplinas médicas que se basan en la estadística. “Es probable que hoy las verdades cuantitativas estén ocultando falsedades cualitativas. La dificultad con los números es que generan una sensación de certeza; la realidad médica no admite esa certeza y debe aprenderse a tolerar la incertidumbre. En medicina, la certeza es un certificado de ignorancia o insensatez”, publicó en un editorial de la revista Medicina en 2011.

 Agrest también escribió: «la manipulación estadística permite no mentir en las conclusiones estadísticas, pero también permite no decir la verdad de su irrelevancia y también ocultar que las estadísticas carecen de sentido cuando se aplican a un individuo único. Las estadísticas se desarrollan burocráticamente en un escritorio; en medicina, la realidad se desarrolla en el contacto del médico con su paciente y esto es creativo, no burocrático».

 «Beneficios estadísticos ocultan daños cualitativos orgánicos, psicológicos, sociales y económicos en los pacientes».

 A pesar de su inmenso prestigio, Agrest no era un especialista. Más que los órganos, le interesaban las personas. Afirmaba que en la consulta el paciente cuenta su vida, y hay que saber escuchar y entender ese cuento para poder curar.

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PD. La foto que ilustra este post fue extraída de la entrevista que IntraMed le hizo a este médico excepcional en octubre de 2007. «Más vale un instructor al lado que un sabio en el estrado» dijo, entre otras cosas, en aquella oportunidad.

6 pensamientos en “Alberto Agrest, médico excepcional

  1. Muy valioso lo q rescataste y leo ahora .Gracias como siempre Lógico Nadie va a levantar lo q diga un médico q diga «q el consumo innecesario de fármcos aumenta y detriora l salud «o q l estadistica no es certera «o q el médico debe escuchar la historia y lo q el paciente cuenta »
    Lástima q es tarde .O nunca es tarde ?

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