Murió uno de los directores de ‘Siempre Alice’, tras años de lucha contra una enfermedad neurodegenerativa

Richard Glatzer, antes de la enfermedad.

Richard Glatzer, antes de  enfermar de ELA.

A mediados de la semana pasada, la prensa anglosajona anunció el fallecimiento de Richard Glatzer, uno de los directores de Siempre Alice. En Argentina, la irrupción de la noticia coincidió con el estreno local de la película protagonizada por Julianne Moore. Por si esta coincidencia les resultara irrelevante a los lectores atentos a la insondable relación entre realidad y ficción, he aquí un segundo dato sugestivo: el realizador estadounidense padecía una enfermedad neurodegenerativa.

A Glatzer le diagnosticaron la enfermedad de Lou Gehrig o Esclerosis Lateral Amiotrófica en 2013, cuando tenía 61 años. Llevaba dos adaptando la novela de Lisa Genova.

A diferencia del olvido patológico, y un poco como el mal de Parkinson, esta otra degeneración del sistema neuronal ataca el cuerpo y no la mente. En el artículo que el New York Times publicó el jueves pasado, Ashley Southallmarch recuerda esta declaración del director a otra periodista del mismo diario, cuando lo entrevistó en noviembre: «Me costó leer el libro de Genova porque me tocaba muy de cerca, pero cuando terminé de leerlo supe que tenía que llevarlo a la pantalla grande».

Southallmarch también cuenta que, a principios del rodaje, Glatzer se presentó a diario en el set de Manhattan, aún cuando ya no podía hablar ni expresarse con las manos. El realizador se comunicaba con el elenco y demás miembros del equipo a través de su iPad. Mientras pudo, accionaba el teclado con un solo dedo de la mano; luego recurrió al pulgar de un pie.

«Me sentí muy escuchado por todos mis interlocutores, todos los días», sostuvo entonces ante Associated Press. “Cuando enfrentás una enfermedad como ésta, es muy importante sentir que los demás te tienen en cuenta”, agregó.

La periodista del NYT cuenta que Glatzer miró la entrega de los Oscar por televisión, en el hospital donde estaba internado por complicaciones respiratorias. Moore le dedicó las siguientes palabras en el discurso que brindó cuando subió al escenario para recibir su premio: “Cuando a Richard le diagnosticaron ELA, su pareja -el otro director de Still Alice,  Wash Westmoreland- le preguntó qué quería hacer. ¿Viajar? ¿Recorrer el mundo? No… Dijo que quería hacer películas… Y así fue».

Una de las grandes virtudes de Siempre Alice es la precisión con la que describe el Alzheimer desde el punto de vista del paciente. Aunque víctima de un proceso neurodegenerativo que no altera las facultades mentales, Glatzer supo comprender y plasmar en la pantalla grande la sensación de desamparo absoluto que provocan los primeros síntomas del olvido patológico y el diagnóstico confirmatorio. En otras palabras, el guionista y director tuvo el coraje de salir de su enfermedad para entrar en otra y contar un drama en principio distinto del suyo.

Al parecer, Glatzer se sintió identificado con una mujer que también encuentra en el ejercicio de su profesión y en la tecnología dos recursos para resistir el avance de la enfermedad y, en honor al still o todavía del título del libro/film, para retener (cuanto más tiempo, mejor) ese yo autónomo, productivo, saludable que emprende un camino de desintegración inexorable, equivalente a una suerte de muerte en vida.

La determinación de este realizador impresiona al menos por tres motivos. Primero, se salió con la suya, es decir, filmó la película que quería aún con el ELA en contra. Segundo, lo hizo bien, es decir, con precisión, sensibilidad y honestidad intelectual. Tercero,  tuvo la valentía -incluso la generosidad- de meterse en/con un proceso neurodegenerativo que no era el suyo, como si éste no le hubiera hecho mella.

Hasta Siempre Alice, Glatzer había sido un guionista y director ignoto para quienes frecuentamos este blog. A partir de ahora, muchos lo recordaremos, no sólo como autor de una encomiable película sobre Alzheimer precoz, sino como referente de resistencia -y porqué no de victoria-contra la enfermedad.

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PD. Quien también padece de ELA es el científico Stephen Hawking, cuya vida -o, mejor dicho, la biografía que escribió su ex esposa- inspiró la filmación de La teoría del todo. El actor protagónico del largometraje de James Marsh ganó en febrero pasado la versión masculina del mismo Oscar concedido a Moore.

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2 pensamientos en “Murió uno de los directores de ‘Siempre Alice’, tras años de lucha contra una enfermedad neurodegenerativa

  1. «tuvo la valentía -incluso la generosidad- de meterse en/con un proceso neurodegenerativo que no era el suyo como si éste no le hubiera hecho mella»

    Quizás mientras filmaba la película lograba salirse de su dolor.

    Cariños

    Diana

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